En los grandes y diferentes momentos de la vida se dan cobijo sensaciones y situaciones variadas que conllevan un sinfín de alternativos desenlaces allegados de diferentes caminos escogidos por la suerte o la intuición. Ninguno es dependiente de la coincidencia, si no de las propias decisiones que cada ser toma a su conveniencia. Finales trágicos que ejercitan el camino de la depresión tergiversándose en locura, o por el contrario finales dulces que conducen al gozo del alma como la más pura de las sustancias contenientes del hombre.
Pero lo más verdadero es que toda acción construye su propia
consecuencia.
Una consecuencia inevitable cuyo camino no es otro más que el definitivo y el que quedará grabado en la tierra por y para la
eternidad...
Pero todo final tiene el derecho indudable de poder ser
alterado............
me encanta como escribes, y la novela muy buena.un beso y nos vemos pronto.
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